Bajo este título de “mis grandes expectativas o esperanzas” quiero
resumir esta nueva entrada en mi blog personal que llevo tanto tiempo parado,
que no olvidado porque siempre pienso que debo escribir algo pero unas veces no
encuentro el tema y otras el tiempo para hacerlo.
Elijo este título porque en lugar de echar el tiempo atrás
para tratar de subsanar la brecha temporal de este espacio prefiero mirar hacia
delante, y de esta forma son muchas las expectativas que tengo para este año
2013 que casi tenemos encima y que me ha recordado a un libro de Charles
Dickens que leí en versión original hace tiempo titulado “Great expectations”
que nos mandaron leer en el instituto y que tardé mucho en leer porque me
entretuve en traducirlo para la que hoy es mi esposa, Gema, que tenía más
dificultades con el inglés. Pues bien, este libro, que es considerado una de
las obras maestras de Dickens así como una de las más populares, narra la
historia de un muchacho huérfano llamado Pip, quien describe su vida desde su
niñez hasta su madurez tratando de convertirse en un hombre de nobleza a lo
largo de su vida. La trama de la historia toma lugar en la víspera de Navidad de
1812 y de ahí que me lo haya recordado y no porque yo quiera formar parte de la
nobleza.
En mi caso son muchas las esperanzas que tengo para este año
2013 que se avecina por mucho que digan que va a ser un año de crisis, que la
situación va a ir a peor, etc., me resigno a este pesimismo generalizado y voy
a poner mi granito de arena para contribuir, en la medida de lo posible, a que
sea un gran año en el tema personal, laboral y familiar. En próximos post o
comentarios podréis leer las ideas, actividades y proyectos que estoy e iré
poniendo en marcha.
Este blog volverá a ser como un libro en blanco sobre el que
iré escribiendo pequeños capítulos de mi día a día, de mis vivencias,
pensamientos, proyectos y de todo lo que considere oportuno compartir con
vosotros y vosotras. Me gustaría hacer al menos un comentario semanal, habrá
semanas que escribiré varios y otras ninguno pero tampoco quiero escribir por
escribir, lo haré cuando tenga algún motivo o me encuentre inspirado, y cuando
tenga tiempo, claro, que mi situación familiar me lo permita.
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